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21 de febrero de 2015

CUBA, LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA EL DESMANTELAMIENTO VOLUNTARIO DEL CASTRATO

Por Héctor Julio Cedeño Negrín

El equilibrio bipartidista conseguido durante los últimos cincuenta y cinco años de política norteamericana hacia Cuba, quedó roto unilateralmente por Barack Obama. El Presidente intenta demostrar un artificioso consenso entre demócratas y republicanos. Pero la realidad es que la inmensa mayoría de los republicanos desaprueban sus ideas. Solo un exiguo conjunto de los conocidos como; “Republicanos de nombre” participa de ella. Son militantes que tienen una posición mucho más cercana al Partido Demócrata, que al propio Partido Republicano.

Lo cierto es que el equilibrio fue roto de manera artificial y cuando algo así ocurre, no se recompone fácilmente, mucho menos retorna a la situación anterior. Por eso será muy difícil la vuelta atrás para los tiranos como ellos casi pretenden. Ni restituyendo siquiera sus tres espías a las prisiones norteamericanas, se volvería a la situación preliminar, incluso aunque no reclamaran la devolución de Alan Gross.

El hecho de que no pueda conseguir  lo pretendido, pone al Presidente en una posición muy difícil. Él desmanteló un consenso de muchos años, por una política  que es una quimera y cuya efectividad no ha sido demostrada jamás en casos como el de Cuba. Estas acciones del Presidente pueden  afectar las pretensiones electorales de la candidata demócrata a las presidenciales del 2016.  

Esa sería la más fehaciente demostración del fracaso de su política y le daría a sus detractores toda la razón ¿Cómo convencer a los tiranos de realizar el desmontaje de su tiranía o al menos de cambiar sustancialmente su régimen de oprobios? Esa es una tarea harto difícil para Barack Obama. Para maniobrar le queda poco tiempo al Presidente, pero si no lo consigue, será como haberse bañado en fango.  

Los Castro están realizando sus cálculos, por eso han comenzado a dar pasos similares a los dados en los años sesenta, como por ejemplo; realizar conversaciones para el posible retorno de las bases militares  rusas y la regeneración de sus antiguas posesiones militares, aunque alguien lo vea como el espectro de la imaginación.

No hay que dudar que pretendan revivir aquel tratado de amistad y colaboración, firmado en esos tiempos con la Unión Soviética y que consideraba la agresión a uno de los dos países, como un ataque contra el otro o sea, los tiranos  pretenderían esconderse bajo las enaguas de Vladimir Putin, como lo hicieron con las falditas de Jruschov o la de Brézhnev.

En los años sesenta utilizaron los cohetes instalados en Turquía como pretexto para la instalación de armas nucleares en Cuba. En estos momentos planean ejercicios militares conjuntos y la construcción de instalaciones para el reabastecimiento de barcos y de submarinos de la armada “Putinista”, en el instante en que la OTAN cierra su anillo alrededor de Rusia. Ahora el anillo llega exactamente hasta Ucrania.  

Aunque los tiempos hayan cambiado radicalmente, los tiranos se niegan a diluirse por sí mismo y  pretenden perpetuar su régimen, siguiendo el estilo no ya de China, ni el de Viet-Nam, sino  el derrotero de Corea del Norte, aunque resultará extremadamente difícil conseguir ese objetivo.  Si algo así ocurriera no quedaría otra solución que la intervención militar de los Estados Unidos.

John F. Kennedy soslayó la solución elaborada por Dwight Eisenhower y que sería ejecutada por Richard M. Nixon, pero este perdió las elecciones contra el candidato demócrata. Después de cincuenta y cuatro años  de desechada aquella solución, parecería hoy la más adecuada. Los tiranos también lo perciben así y es por eso reconstruyen su escudo.

Parece que los gobernantes norteamericanos comienzan a comprender que uno de mayores obstáculos para su acercamiento a Latinoamérica es el actual gobierno cubano, que realiza una labor de zapa conjuntamente con la izquierda populista desde el año 1959. La miopía del Presidente Kennedy le impidió comprenderlo en su momento, pero al parecer Barack Obama se ha caído por fin de la mata.

Cuba también ha servido como plataforma para el ingreso de China en tierras latinoamericanas y está trabajando para insertar a Rusia. China por ejemplo está desplazando a los Estados Unidos de su medio natural, inundando a la América Latina con productos que los  norteamericanos les enseñaron a fabricar, incluso de mucha menor valía y calidad y sustituyéndolos como compradores de sus materias primas.

Están invirtiendo en Latinoamérica los mismos dólares norteamericanos que prácticamente les han arrebatado a los estadounidenses, manipulando la moneda a su total conveniencia en un intercambio desigual. Esto es, China se ha enriquecido estafando a los propios Estados Unidos. Esto es lo verdaderamente increíble de esta historia.

Pero esta contraofensiva de los Estados Unidos para recuperar sus posiciones históricas, tendría que ser ejecutada por un Presidente republicano, con una visión diametralmente diferente a la de Barack Obama y que conciba el desmantelamiento de la tiranía castrista como una necesidad ineludible, algo imprescindible para continuar adelante. Por eso considero que esta es la última oportunidad para que los Castro desmantelen voluntariamente su tiranía sanguinaria, la otra solución sería el uso de la fuerza militar.


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