Se
especula acerca de que la base se convierta nuevamente en fuente de empleo para
los guantanameros
lunes,
mayo 11, 2015 | Roberto Jesús Quiñones Haces
Entrada
al poblado de Caimanera, territorio donde se encuentra la Base Naval (foto de
Internet)
Entrada
al poblado de Caimanera, territorio donde se encuentra la Base Naval (foto de
internet )
GUANTÁNAMO,
Cuba. -En junio de 1898 los norteamericanos ocuparon la bahía de Guantánamo y
mediante la imposición de la Enmienda Platt lograron que el 23 de febrero de
1903 se les otorgara el arrendamiento perpetuo del lugar, un área de 117,6 km2
de los cuales sólo 49,4 km2 están en tierra firme.
Uno de
los argumentos más reiterados sobre este tema por los dirigentes cubanos es la
presunta ilegalidad del enclave militar. Presunta porque si bien es cierto que
la base naval surgió debido a una imposición, en 1934 ambos gobiernos anularon
la Enmienda Platt y prorrogaron la permanencia norteamericana mediante un nuevo
tratado, el cual reunió todos los requisitos y cumplió las formalidades
exigidas por el derecho internacional, no existiendo ninguna causal de nulidad.
¿De qué ilegalidad hablan entonces los comunistas?
Cuando se
habla del papel jugado por los norteamericanos en ese lugar de nuestra patria,
nunca se dice que el poblado de Caimanera existe gracias a la Base Naval ni se
mencionan los aspectos positivos que el enclave ha traído para Cuba. En tal
sentido sorprendió que en una reciente entrevista concedida al periódico
Juventud Rebelde, el historiador de la ciudad reconociera que antes de 1959 la
base fue una fuente de empleo para miles de cubanos y caribeños y tuvo una
beneficiosa influencia económica.Según sus palabras, durante la década de los
años cincuenta aportaba a Guantánamo no menos de 21 millones de dólares
anuales, una cifra a todas luces extraordinaria para cualquier época.
Con
posterioridad a 1959 se redujo drásticamente la contratación de personal
cubano, el cual permaneció en la base hasta hace pocos años. En la década de
los noventa del pasado siglo la base se convirtió en campamento para los
cubanos que se lanzaron al mar durante la crisis de los balseros y durante
estos 56 años de gobierno comunista ha sido un refugio seguro para miles de
compatriotas.
Las
recientes conversaciones entre ambos gobiernos han recolocado el tema de la
base en el colimador de los cubanos, sobre todo entre los que vivimos en esta
zona del país. Numerosos descendientes de trabajadores de la base podrían
recibir cuantiosas sumas de dinero que permanecen congeladas en bancos
norteamericanos debido al embargo. También se especula acerca de que la base se
convierta nuevamente en una fuente de empleo para los guantanameros, algo que
sería muy saludable para una de las provincias más abandonadas y pobres del
país.
Cubanet
indaga entre los guantanameros
Poblado
de Caimanera en los años veinte del pasado siglo. Su existencia y prosperidad
se debió a la Base Naval norteamericana. Hoy es un pueblo muerto al que no
puede llegar ningún cubano que no resida allí sin un permiso del Ministerio del
Interior. Foto cortesía del archivo de la familia Boti.
Poblado
de Caimanera en los años veinte del pasado siglo. Su existencia y prosperidad
se debió a la Base Naval norteamericana. Hoy es un pueblo muerto al que no
puede llegar ningún cubano que no resida allí sin un permiso del Ministerio del
Interior. Foto cortesía del archivo de la familia Boti.
Entre
febrero y marzo de este año Cubanet aplicó una encuesta a 111 guantanameros. La
tercera y última parte estuvo dedicada a la base naval.
Al
respecto, 50 de los encuestados (45.04%) consideraron que la base ha tenido una
influencia económica favorable en la ciudad, mientras 60 (54.05%) consideran lo
contrario. Un encuestado declinó contestar la pregunta.
Al ser
preguntados si desean que los norteamericanos devuelvan la base sin que se
produzcan cambios políticos en Cuba, 57 (51.35%) respondieron afirmativamente
mientras que 52 (46.84%) desean lo contrario. Dos encuestados no respondieron.
Con
respecto al uso que el gobierno cubano le daría a la base en caso de que fuera
devuelta por los norteamericanos, 42 encuestados, (37.83%), estiman que sería
militar mientras que 58 (52.25%) consideran que sería civil, señalando entre
los posibles usos una zona franca, un centro turístico o una zona industrial.
Once encuestados no se pronunciaron.
Acerca
de si el pueblo de Guantánamo se beneficiaría con la entrega de la base 59
(53.15%) estiman que sí mientras 47(42.34%) consideran lo contrario. Cinco no
respondieron.
Luego
106 de los encuestados (95.49%) expresaron que la solicitud de mano de obra
cubana por la parte norteamericana sería bien vista por los guantanameros. Sólo
3 respondieron negativamente y dos rehusaron contestar.
A su
vez, 98 (88.28%) se pronunciaron por la contratación directa y libre en caso de
que la base vuelva a solicitar trabajadores cubanos, lo cual demuestra el
rechazo hacia las agencias de empleo del gobierno, las que explotan a los
trabajadores al apropiarse de gran parte de los ingresos que les pagan las
empresas extranjeras. Sobre esto no se pronuncian jamás los dirigentes de los
sindicatos, lo cual demuestra su servilismo al gobierno, razón por la cual no
se les podrá reconocer jamás como parte de la sociedad civil, como pretenden
hacer creer, pues en realidad forman parte del engranaje gubernamental como el
resto de las otras organizaciones sociales y de masas autorizadas. 104 de los
encuestados (93.69%) considera que si eso ocurre tendrá un impacto favorable en
la ciudad de Guantánamo.
Al ser
preguntados si verían con agrado la visita de los marines yanquis en la ciudad,
67 (60.36%) respondió afirmativamente mientras que 41 (36.93%) respondieron
negativamente y tres optaron por el silencio.
Cubanet
ha conocido que en días recientes fue aplicada una encuesta similar a esta en
la Universidad de Guantánamo, según nos informó un profesor cuya identidad
preservamos por razones obvias. Según la fuente, los resultados obtenidos allí
provocaron alarma entre los funcionarios del partido, quienes comentaron que el
trabajo político ideológico estaba muy débil en dicho lugar.
Ojalá
que en vez de continuar repitiendo sandeces como esa, los gobernantes cubanos
escuchen los deseos del pueblo y enrumben al país hacia la normalidad, o lo que
es lo mismo, hacia la democracia.
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