Foto: Oscar Sánchez Madan |
Matanzas,
Oscar Sánchez, (PD) Aunque funcionarios y periodistas oficialistas casi siempre
responsabilizan a la población de muchos de los graves problemas que enfrenta
nuestro país los hechos demuestran que el culpable máximo es el régimen
comunista.
Desde
hace más de 56 años en Cuba impera un sistema político implantado por los
hermanos Castro, donde los ciudadanos participan como observadores pasivos en
los eventos en que se toman las principales decisiones relacionadas con los
asuntos políticos, económicos y sociales de nuestra nación. El hecho de que
participen no significa que decidan. Por consiguiente, los miembros del Partido
Comunista y los funcionarios, que son quienes aprueban los lineamientos
generales de las políticas que deberá acatar el pueblo, están obligados a
asumir toda la responsabilidad por lo que acontece en la isla.
En las
últimas cinco décadas, los cubanos hemos presenciado el intento de desecar la
Ciénaga de Zapata; la frustrada Zafra Azucarera de los Diez Millones, la
destrucción de la industria, la ganadería, las edificaciones; el aumento de la
prostitución y la criminalidad, de los suicidios, los divorcios; la
proliferación de enfermedades contagiosas, en fin, problemas y más problemas.
Los
efectos nocivos de este oscuro panorama han podido ser minimizados con los
programas médicos, culturales, deportivos y educacionales implementados por el
régimen, los que en los últimos años, también se han visto afectados.
Y es
que en un país donde la sociedad civil se encuentra acorralada y no se le
permite contribuir a mejorar la sociedad y fiscalizar el desempeño de los
gobernantes, sólo pueden esperarse arbitrariedades, corrupción, ineficiencia
económica y fracasos en la esfera social.
Para
justificar su incompetencia a la hora de enfrentar las dificultades, los
funcionarios culpan a la población de muchos de los problemas que ellos mismos
provocan.
En ese
sentido, los funcionarios culpan a los residentes en Matanzas de la actual
proliferación del dengue, cuando la estatal Empresa de Servicios Comunales no
ha garantizado con eficiencia la recogida de basura y Acueducto y
Alcantarillado no ha eliminado las aguas albañales y, además de esto, se han
mantenido incompletas las plantillas de inspectores de la campaña contra el
mosquito Aedes Aegypti.
Un
hecho cierto es que las empresas estatales no son eficientes, constituyen una
plaga innecesaria que el régimen diseminó por todo el país, y a la que obligó a
aceptar su fracasada estrategia de economía planificada.
La culpa
de la mala elaboración de los alimentos siempre la ha tenido el cocinero, según
dicen nuestras abuelitas. Y en esta deteriorada cocina que hoy es Cuba, los
máximos responsables de que nuestra comida resulte insípida la tienen los
funcionarios.
Si hay
muchas personas –entre ellos jóvenes- que se suicidan en la isla, se debe a la
falta de esperanza fundamentalmente. No todos los cubanos soportan con
serenidad los bajos salarios, los altos precios de los productos básicos, la
mala atención en las unidades de servicios, la falta de viviendas, los
problemas del transporte, la represión policial y las trabas gubernamentales
que les impide prosperar.
Resulta
imprescindible que el oficialismo y sus voceros dejen de culpar al pueblo por
la incapacidad de los gobernantes. Es necesario abandonar esa tendencia nociva
que se emplea para disimular los errores.
Quienes
gobiernan un país deben asumir con valentía sus responsabilidades. Esto
ayudaría a que los funcionarios indolentes sean conocidos y remplazados de sus
cargos, para que los que tengan ánimo y buena preparación ayuden a la nación a
prosperar.
Nadie
debe dudar que es el régimen comunista el máximo responsable de los graves
problemas de Cuba. Tiene que ser suplantado porque coarta los derechos de los
nacionales y genera pobreza, doble moral y desilusión.
La
estatal Empresa de Servicios Comunales no logra eliminar los basureros
informales en La Habana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario