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5 de enero de 2016

La vida sigue siendo dura en Cuba, más que antes de 1959.

Los dirigentes cubanos —los hermanos Castro— ofrecieron un cambio radical para mejorar la vida del cubano, pero desde entonces nada ha cambiado para el pueblo y han condenaron a su país a vivir otra dictadura después de 1959, pues en 57 años esta misma familia continúa al mando de un país en el que los ciudadanos desde 1959 siguen emigrando desesperadamente huyendo de la represión y férreo control de la isla y en busca de un mejor futuro para ellos y sus familias, cuando antes Cuba era un país receptor de inmigrantes.
Cada vez hay más cantidad de personas que cuestionan realmente la existencia de esa revolución —que existió en un momento dado—, pero muchos perciben que ese movimiento terminó desde que en Cuba se enquistó en el poder absoluto a una determinada familia exclusiva a partir de 1959, y eso no es una revolución, eso es un régimen autoritario y dinástico, es decir una Dictadura.
Al comenzar la regulación de las relaciones con Estados Unidos, lo que mucha gente se pregunta es qué impacto va a tener esa nueva relación en la supervivencia de esa revolución. La tarea entonces sería para los líderes cubanos que tienen que visualizar cómo sustentar su régimen ahora que ya no hay un enemigo con el cual lidiar, ni al cual culpar de todo lo que erradamente ellos mismos provocan en su economía.
“En esta nueva etapa se va desenmascarando la falacia de la imagen del enemigo, Estados Unidos, al que culpaban de todo lo malo que pasaba en Cuba, porque es precisamente él el que está tendiendo la mano e impulsando la relación bilateral, quien ha dado los pasos más audaces y quien ha propiciado el acercamiento. Ya no hay justificación al discurso ahora para que la isla siga permaneciendo cerrada y no haya elecciones libres, que no se permita que haya diferentes partidos que expresen las ideas y las esperanzas de los nuevos ciudadanos si ese enemigo se ha demostrado que no existe”.
Este año —recién concluido— ha incrementado más la deserción de los cubanos, ahora siguiendo una nueva ruta que va de Ecuador atravesando la selva colombiana y panameña, Centroamérica y México, un recorrido de más de tres mil kilómetros, atrapados en una trampa política ideada por los propios dirigentes cubanos con el fin de presionar a los Estados Unidos. “La vida del cubano de a pie no ha mejorado con este acercamiento pese a que se ha aumentado el número de turistas y el número de acuerdos con Estados Unidos”.
Un poco de historia
Fidel Castro y su Ejército Rebelde lograron derrocar a Fulgencio Batista (antiguo vecino, amigo y empleado de su padre Ramón y padrino de su hermano Raúl) un 1 de enero de 1959 cuando cantaron victoria en Santiago de Cuba. Batista y su equipo de colaboradores huyeron de Santiago en avión militar con rumbo a República Dominicana donde buscaron refugio. En febrero —un mes más tarde— Castro fue reconocido como primer ministro por el entonces presidente Manuel Urrutia, a quien se le asigno el cargo de Presidente cuando fue derrocado Batista y posteriormente lo quitaron de sus funciones al presidente interino de un día, Anselmo Alliegro.
De 1959 a 1976 Fidel se autoproclamó primer ministro con poderes absolutos; sin embargo, Alliegro no duró mucho como mandatario por diferencias con Castro. En su sucesión entró Osvaldo Dorticós Torrado en julio de 1959 y permaneció en la silla presidencial hasta diciembre del año 1976.
Luego, en 1976, Fidel Castro se declaró presidente de la República Cubana, hasta 2008. Además, fue comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de 1956 a 2008 y tuvo el cargo de primer secretario del Partido Comunista desde 1965 hasta 2011, año en el que Fidel Castro le designo el poder de la nación a su hermano Raúl Castro.

Este articulo fue publicado por Mario Sanler Castillo en Facebook.

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